En Noviembre de 2008, el G20 daba en Washington el banderazo de salida a la reforma financiera como respuesta coordinada a la crisis. El plan de acción comprendía un ambicioso conjunto de medidas dirigidas a rediseñar la arquitectura financiera internacional.
Los objetivos principales eran reforzar la resistencia y solvencia del sistema financiero, intensificar la prevención a través de la supervisión, ampliar el perímetro de regulación para evitar la “banca en la sombra”, elaborar marcos de gestión de crisis que permitan a las entidades financieras quebrar sin causar un daño grave al resto del sistema, abordar el tratamiento de las entidades “demasiado grandes para caer” y resolver los problemas relacionados con las agencias de rating.
¿Qué se ha conseguido? El G20 ha realizado un gran avance en la mayoría de cuestiones al dar la aprobación política a los enfoques planteados. Tras el impulso político, nos encontramos en la fase técnica de encajar las piezas donde el Consejo de Estabilidad Financiera tiene el protagonismo.
Basilea III se aprobó en diciembre de 2010 y su trasposición al derecho europeo se espera para verano de 2011.
En gestión de crisis también hay progreso al concretarse protocolos de actuación, igual que en el tratamiento regulatorio de las entidades de importancia sistémica, que se aprobará en la Cumbre del G20 de Cannes en noviembre 2011 junto con las recomendaciones para acotar la “banca en la sombra”. Sin embargo, queda pendiente conocer en qué medida se exigirán instrumentos con mayor capacidad de absorción de pérdidas (los denominados Cocos o bail in).
Desde una perspectiva geográfica, Estados Unidos es la economía en la que se dan los mayores avances al optar por un enfoque integral a través de la Ley Dodd Frank frente al progresivo que se da en Europa. Los emergentes han tenido un perfil más bajo en el diseño de esta reforma ya que partían de una posición de fortaleza relativa por su menor sofisticación y por su regulación más estricta tras las crisis de distintos momentos de los 90’s. No obstante, esto debería cambiar en adelante para no limitar necesidades específicas como la bancarización, En definitiva, la reforma ha pasado del Tsunami político y mediático, al trabajo más técnico y de detalle, parecido a completar un Tetris.
Desde una perspectiva geográfica, Estados Unidos es la economía en la que se dan los mayores avances al optar por un enfoque integral a través de la Ley Dodd Frank frente al progresivo que se da en Europa. Los emergentes han tenido un perfil más bajo en el diseño de esta reforma ya que partían de una posición de fortaleza relativa por su menor sofisticación y por su regulación más estricta tras las crisis de distintos momentos de los 90’s. No obstante, esto debería cambiar en adelante para no limitar necesidades específicas como la bancarización, En definitiva, la reforma ha pasado del Tsunami político y mediático, al trabajo más técnico y de detalle, parecido a completar un Tetris.

El objetivo sigue siendo evitar la repetición de una crisis como la actual, algo muy complicado ya que las crisis son inherentes al sistema y de naturaleza cambiante. Pero lo más relevante es que la regulación sea coherente y que permita un sistema financiero más estable que canalice el crédito de forma eficiente.
Lo que es necesario es la implementación, sin duda, de blindajes anti-crisis para las situaciones que guardan algunos países de Europa, como lo que esta pasando en estos momentos en Grecia; blindar situaciones como la que se presentó en Japón tras el Tsunami o como lo que pasó en Estados Unidos con la crisis hipotecaria.
La participación del BRIC: Brasil, Rusia, India y China más Sudáfrica, Argentina y México en las futuras negociaciones en Cannes, como economías emergentes; junto a las demás que conforman el G20; son elementales para la correcta instauración de esta nueva arquitectura financiera anti crisis económicas, pero deberán ser, sus aportaciones, muy correctas y cuidadas; no vayan a ser víctimas de aquello que dice el pez por su propia boca muere.
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